Hace muchos, muchos años, en una galaxia muy lejana, alguien descubrió que la música, mezclada con las hormonas aceleradas de los-las adolescentes, daba un resultado tendente al griterío.
Se prefabricaron grupos en los 60, 70, 80... hasta hoy, en que se ha llegado al summum: los moñigones.
Dejando claro que me importa un bledo la tendencia sexual de cada cual, se puede ser hetero, gay, lesbiana o lesbiano, incluso sentirse atraído por las muñecas de trapo o la novia de Chucky pero... pero... los grupitos de moñigones de hoy ya superan hasta a los Backstreet Boys, que era difícil, pero por lo visto no imposible. Ellos cada vez parecen más "ellas" y ellas, bueno, talla 38 hacia abajo o no valen. Da igual si saben cantar, total, es para una temporada...
Tópicos, típicos, cuatro gorgoritos pasados por el cedazo (sin r) del ordenador, se retoca por aquí, se arregla por allí y ya tienes un grupo musical listo para mojar bragas (ellas) y gastar papel (ellos).
La inutilidad de iconos lamentables del pop queda de manifiesto en videos como éste, en que la Spears demuestra que lo único que hizo un poco bien fue retirarse del mundo de la canción por drogas y enseñar el potorro con la Paris Hilton, que ya les vale, pencas.
Ni baila, ni sabe hacer nada (que no sea el ridículo) sin una coreografía super preparada y adiestrada como un gos d'atura, ni mucho menos tiene una pizca de gracia pero se lleva una millonada por concierto.
Qué pasa con la música que se va al peo gracias a morir de éxito, a que cada vez más es consumo. Siempre queda la mula, pra encontrar aquello descatalogado, o bajarse una canción vía web porque ¿comprar un disco entero por una canción?
Tienes voces como Adele, que se retira de la música tras el segundo disco (vini, vidi, vinci) y ese es gran parte del panorama. Los que viven de ello dicen que no, que la música está más viva que nunca. Hubo un estallido de creatividad en los 50, otro en los 80... y poco más que se pueda destacar.
Cuando a la música no comercial se la llama alternativa, es por algo.A finales del XIX se crearon algunas escuelas de compositores de canciones comerciales, como la Tin PAn Alley (Ny) Los productores ya tenían la gallina de los huevos de oro. A explotarla.
Mis profesor@s de piano decían que montar una canción comercial que funcionase estaba tirao. Pones un estribillo sobre unos acordes mayores, los repites unas cuantas veces y a cagar. Y la fórmula funcionaba en los 70 y funciona hoy.
Sin embargo, la música no nació para ser comercial, más bien como un modo de expresión. Los pueblos más antiguos la utilizaban para hechos importantes, para conmemoraciones, para adorar a sus dioses. Hoy los dioses son los que perpetran esas melodías y los adoran hordas de descerebrados. Tal vez sea que interesa tener lobotomizada a la mayoría de adolescente. El término adolescente lo usó Stanley Hall (fundador de la psicología del desarrollo) para su obra "Adolescense" Esta palabra, deriva del griego adolecere, ‘crecer’, se refiere al proceso psicológico y psicosocial de la pubertad y su evolución física, emocional y social. En el fondo, más que crecer, en la mayoría de los casos significa quedarse para siempre ahí, estancado en la tontería suprema. Si no imitas los comportamientos de los subnormales vestidos a la moda (marciana) no eres nada pequeñ@, estás out y hay que ser cool y estar in.
No es que sea más que otros, pero me crié con Pink Floyd, Mike Oldfield, Supertramp, Joe Cocker, pasando bastante del 'tocata, aplauso, los 40 y la madre que los parió'. Tal vez la capacidad de discernir queda abotargada cuando se escucha un pelotazo comercial de usar y tirar más de 10 veces seguidas.
No lo sé, pero la música cada vez se parece más a la política. Hay más mierda, más pasta de por medio y la calidad resulta ser escasa. Mucho moñigón y poco músico. Eso seguro.
