jueves, 28 de junio de 2012
Wyoming y la crisis
lunes, 25 de junio de 2012
¿La informática no tiene paro?
Soy uno de esos informáticos que ha tenido la suerte de tener siempre trabajo y bien pagado. Lo que veo hoy lo resume este artículo de Fernando Siles
Vía | El País
Imagen | Poster promocional de ‘Trabajo Basura’
Cuando servidor estudiaba bachillerato, Informática era la carrera de moda, la que tenía “más salidas”. Me quité mis idealistas sueños de ser periodista o historiador (ya ves, tampoco es que fueran ser astronauta o ingeniero aeroespacial) y tiré a por la carrera de “las salidas”. Miles y miles hicieron lo mismo que yo en esos últimos años del siglo pasado y primeros del siglo XXI. Luego la cruda realidad de las matemáticas por un tubo, los lenguajes de programación del pleistoceno (yo empecé en el apasionante Pascal) o las asignaturas completamente inútiles (¿Ofimática? ¿En serio?) te golpeaba fuerte en la cara.
Lo soportabas porque todavía creías en que los billetes te iban a salir por las orejas en un futuro no muy lejano pero lo cierto es que, si bien “las salidas” realmente estaban (y siguen estando) allí, eran carreteras comarcales de muchas horas de esfuerzo y poco dinero en vez de las autopistas de buena vida y jugosos cheques que nos habían vendido los reportajes de la tele. Todo esto viene a colación del artículo en El País de ayer que, aunque luego termina siendo más una crítica al sistema universitario que otra cosa, tenía por nombre ‘Los informáticos no entienden de paro’.
En el artículo hablan de una tasa de paro del 7% en el mundo de la informática frente al veintymuchos que asola a España en general. De lo que no habla es del precio de este bajo paro, de las jornadas de 12 o 14 horas, de los sueldos de mileurista (con suerte y si estás en Madrid o Barcelona), de las cárnicas en las que eres un simple peón como lo fue tu padre en la fábrica (tu padre que tanto luchó para que tuvieras una educación, unas buenas expectativas y una vida menos dura que la suya) o de las pequeñas PYMES (la redundancia es a posta, que os veo venir) en las que piensan que informático es igual a chico-para-todo y tu trabajo va desde hacer fotocopias a “hacer la página web” o arreglar el portátil del jefe (al que su hijo le derramó encima un vaso de medio litro de cocacola).
Y no habla de eso porque lo que intenta hacer es, como hacían esos reportajes sobre las puntocom en el telediario de Matias Prats a finales de los 90, atraer gente. Sin embargo esta vez la atracción no es hacia las cada vez más vacías aulas (de hecho el sistema universitario es duramente criticado, no sin razón, por cierto) sino a unas consultoras o empresas similares siempre ávidas de gente joven a la que exprimir hasta los huesos o empresas cool que están hartas de pagar miles y miles de euros por pichichis extranjeros cuando podrían tirar de cantera mucho más barata y con menos posibilidades de que les de por volar fuera del nido a las primeras de cambio. Aprende a programar iPhones, haz como que sabes inglés, ten siempre un montón de frases de gurú (grandilocuentes y vacías) preparadas y vente con nosotros, que tenemos mucho dinero que ganar y te pensamos utilizar… a un precio español, claro, que aquí no somos Google.
Obviamente, si eres bueno, te lo curras y tienes el pelín necesario de buena suerte que siempre hace falta en la vida, encontrarás un buen trabajo en el que te sentirás valorado y respetado y te pagarán decentemente (en el directorio de Betabeers, por ejemplo, hay algunas ofertas realmente tentadoras). Sin embargo muchos se quedarán en el camino, bien en algún trabajo precario o bien cambiando de profesión… pero no engrosando las listas del paro y así este seguirá siendo bajo y los periódicos generalistas podrán practicar su capcioso juego del titular atrayente y el contenido vacuo.
De esta manera, las dos últimas preguntas de la semana, referidas a salarios y formación respectivamente, han dado lugar a profundas discusiones, demostrando que son temas candentes. Y artículos como este de El País van a ayudar todavía más a que los ánimos se enciendan. Y los blogs, los nuevos ágoras, van a ser los lugares donde más vamos a poder disfrutar de ellos. No digo que Matías Prats mintiera, sólo digo que me hubiera gustado que, en mi época, hubieran existido los blogs y Twitter, que hubiera tenido un acceso más directo y menos dirigido a la información para que la que termina siendo una de las decisiones más importantes de tu vida, qué carrera estudiar, qué hacer con tu vida, hubiera tenido más juicios de valor en la que basarse. No sé, lo mismo ahora sería un estupendo cocinero y os estaría dando de comer un estupendo menú en vez de daros de leer mendrugos infumables como éste. Vete tú a saber.
jueves, 14 de junio de 2012
Mayanistas, newages, iluminados y otras bestias pardas
"De todos los engaños que envuelven hoy en día a la humanidad, no he descubierto aun ninguno que haya engañado hasta la fecha a tantas personas de tantos y tan diferentes credos, visiones del mundo, antecedentes políticos o personalidad."
- Habla sólo de lo que entiendas
- No pronuncies palabras que no sean en tu idioma y cuyo significado desconozcas profundamente.
- Desconfía de la novedad, las mentiras de hoy, son las mentiras de siempre, revestidas de bondad y salvación para el mundo.
- No te engañes a ti mismo.
- Si un nuevo "Maestro" es anunciado por los canales de televisión, puedes estar seguro de que es una farsa, aunque mueva montañas.
- La única verdad es que todos estamos inextricablemente unidos a nuestro creador y que no debemos decepcionarle. Para ello hay que ser astutos como serpientes y pacíficos como palomas.
- No todo lo que provenga del Tibet o la India es 'per se' sinónimo de pureza, sabiduría, bondad o algo sagrado. Piénsalo; un país con tantos "sabios" por centímetro cuadrado nunca podría alojar la enorme cantidad de pobreza y miseria que hay allí.
- Las "buenas" palabras pueden encerrar pensamientos puros y pensamientos e intenciones "impuras". Se requiere siempre un ejercicio posterior de alinear las palabras a los actos, para detectar posibles incoherencias.
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Hasta aquí lo que dicen los estudiosos del new age.
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¿Curioso? En 1980 tuve la fortuna de conocer a personajes como David Ribera, Jiménez del Oso, y otros que se dedicaban a estudiar y comprobar toda una serie de extraños fenómenos paranormales. Personas con titulación real, no titulines de parapsicólogos y chamanes flipados de peyote. En Radio Sabadell, merced a un programa que llevaba un amigo y en el que yo colaboraba.
Tengo un libro especial en mi biblioteca (hoy metida en cajas porque no hay espacio para tanto papel que cabe en una simple SD). Un libro de Nostradamus escrito por un éxegeta suyo, Jean Charles de Fontbrune, que es una base de lo que escribo aquí. El fin del mundo, el cambio de era, todo iba a suceder en 1993. Como no pasó una mierda en 1993, otras ediciones aparecieron con ¡cómo no! nuevas interpretaciones de las cuartetas. El mundo se iba a ir al peo en el año 2000. Y en el año 2000 lo único que se fue al peo fue el horario de los informáticos que tuvimos los móviles encendidos ante el caos mundial del Y2K que ni caos ni nada, un pastón en actualizaciones y un cáguensen mundial. Y nuevamente resulta que aparecen entonces los mayanistas, vuelven a la carga los NewAge y esta vez sí, ésta es la buena, el mundo se va al carajo en 2012, concretamente el 21 de diciembre. La hora está por determinar puesto que será divertido si a alguno le pilla sentado en la taza. Dios mío, el mundo se acaba y yo con estos pedos... Cosas del New Age.
SAWABONA es un saludo usado en el sur de África y quiere decir: “Yo te respeto, yo te valoro y tú eres importante para mí". Como respuesta las personas dicen: SHIKOBA, "Entonces yo existo para ti".
Son dos de las pocas palabras que merecen mi atención desde hace años. Las leí de Flavio Gikovate, psicoanalista. Ni brujo, ni chamán, ni ninguna de esas atracciones de feria new age. Hablan de respeto, pero del respeto real, no las figuraciones cósmicas de 4 gurús iluminados.
Conozco de cerca la psicoterapia Gestalt, mi maestro es un discípulo de Claudio Naranjo que me ha enseñado mucho. Curiosamente, también es doctor en medicina, amén de otras licenciaturas. Ha vivido con los indios mexicanos y otras cosas que no puedo contar porque así se me pidió. Doctores, psiquiatras, licenciados. No pelacañas parapsicólogos sin oficio ni beneficio ni titulación alguna.
¿A qué todo este embrollo?
Siempre han existido y mucho me temo que siempre existirán. Todos esos gurús, absolutamente todos, tienen el don de usar bien las palabras cuando y como les conviene.Saben que palabras deben y tienen que usar para atrapar a aquella persona que sufre. Un sufrimiento basado en el dolor, el desamor, el miedo, la enfermedad, la soledad, el desengaño, la traición, la confusión... en fín, una interminable lista de sensaciones negativas que sumen a la persona en un estado de necesidad afectiva, de necesidad de paz interior. Ese es el primer anzuelo que lanzan. Cuando enganchan es la perdición de la victima. Luego crean una necesidad de su presencia, de sus consejos. Porque entre otras cosas pueden convencer de que ellos nunca "te van a abandonar".Hacen sentir especial a la persona que sufre. Y del sufrimiento que cause esa crisis, se corre el riesgo que volverse adicto a su persona.La gran mayoría han sido muy hábiles y han logrado exprimir cantidades de dinero. Cantidades grandes o pequeñas. Hay muchos juzgados, comisarías, jefaturas, estaciones de policia llenas de denuncias de personas desesperadas, engañadas y heridas.Alguno de estos fantoches ni siquiera han exprimido dinero. Pero logran otros favores, de todo tipo. Las historias que se cuentan son espeluznantes. Hay de todo.Al principio los incautos se quedan maravillados ante la grandiosidad de la persona del gurú: su sabiduria, sus consejos, su ternura, su humanidad, su cultura. En definitiva: de su engaño.Ellos están por encima de todo y de todos. Solo sus palabras y sus enseñanzas son las que sirven. Se sienten felices y sabios por encima de todos los demas. Que solos deben estar... Ellos son los salvadores de la gran humanidad. Ese es el problema, que están viviendo encima de un pedestal y ven con desprecio a los necesitados. Construyen su felicidad timando a los que sufren. Creen que con una palabra suya basta para solucionar cualquier problema. En realidad no están dispuestos a sacrificarse por nadie. Pero los problemas, para solucionarlos, hay que trabajar con ellos, ser capaces de crear una energia positiva que te permite superar los escollos de la vida. Nadie es feliz permanentemente, ni desgraciado permanentemente. Si se puede buscar, encontrar y lograr el equilibrio. La felicidad es el equilibrio.