lunes, 25 de febrero de 2008

Menos multas y más seguridad

Menos multas y más seguridad

Esta carta la ha publicado El Periodico en la edición 24.2.08 y detalla perfectamente la paranoia en la que nos quieren meter a todos y cuyo principal brazo ejecutor en Cataluña son los “Mossos, S.A.”

Más educación y menos multas en la carretera
Javier Jorge González. Esparreguera

Soy socio fundador de Moteros en Acción, y el motivo de esta misiva es advertir de que algo de Franco parece haber quedado en muchos ministerios actuales, pues las formas dictatoriales para acallar al pueblo se vuelven a usar hoy en día. Resulta que Fomento ha denunciado al agente de la Agrupación de Tráfico de Huesca Juan Carlos Toribio, que no es precisamente un recaudador de multas, sino un excelente educador vial y, sobre todo, uno de los mayores denunciantes de este país contra las administraciones por el pésimo estado de las carreteras. Cada vez que detecta un tramo que puede causar un accidente, lo fotografía y lo denuncia. Como gran motorista que es, sabe que un guardarraíl, un bache y una pintura de señalización pueden provocar caídas mortales. Viajar por Europa --incluido Portugal-- es una tranquilidad para cualquier motero. Sin embargo, España está como algunos países tercermundistas en cuanto a seguridad.
La Dirección General de Tráfico gasta millones de euros en invadir las carreteras con radares móviles y fijos para conseguir cuantas más multas mejor, e invierte también mucho dinero en helicópteros de tecnología punta con el mismo fin, pero no es capaz de invertir un solo duro en educación y seguridad. Sí se preocupa, en cambio, de mostrar imágenes de los cuatro descerebrados sin casco que hacen el caballito con la moto. Quieren acallar a Juan Carlos Toribio, por dar la alarma justamente, y quieren taparnos la boca a los ciudadanos que reclamamos lo que nos toca por ley. Por mucha perplejidad que despierte este hecho, los motoristas apoyamos a Juan Carlos Toribio, un guardia civil de Tráfico.

viernes, 22 de febrero de 2008

Gracias, Potter

Crecí en los 60 leyendo tebeos com el TBO, valga la repetición, DDT, Mortadelo, Zipi y Zape, Hazañas Bélicas, El Capitán Trueno, algo más tarde Cavall Fort i cuando empecé a aprender ‘galo’ a los 6 años (decían entonces que era la lengua de la diplomacia y del futuro) Picsou, Spirou, etc.

La lectura de tanto tebeo me aficionó a leer, a los libros, que me han acompañado durante 40 años y que lo harán mientras pueda leer. Hoy soy un lector incansable que no lee tanto como antaño, menos de lo que quisiera, porque mis ojos llevan 2 años tras unos cristales y se cansan antes que yo. Pero la afición a la lectura me ha hecho mejorar como persona en muchos aspectos, no únicamente el intelectual, de eso no tengo ninguna duda.

En la era de las playstation, psp, wii y demás consolas; de los teclados que han sustituido a la escritura manual y la caligrafía, en que se escribe poco y mal con ortografía “sms”, en que los tebeos se llaman comics (geniales por cierto) y las aventuras se viven en la tv, se ha dado un fenómeno genial con Harry Potter.

J.K. Rowling ha creado un personaje que –marketing salvaje aparte- ha conseguido enganchar a muchísimos jóvenes a la lectura, aunque sólo sea la específica de los libros de cuentos de este joven mago. Tiene mérito porque además son ‘tochos’ de letra mediana que, en principio, no debieran ser fáciles para un adolescente.

Aunque no me interesa para nada ni uno de esos libros y las películas me parecen soberanamente aburridas, sólo puedo decir que este fenómeno, por lo bueno que ha aportado a una juventud que cada vez lee menos y está más aborregada y adoctrinada en el ‘no res’, no debiera tener fin con la nueva entrega que sale en catalán, gallego y castellano esta misma semana.

Porque una juventud que no lee, que no sabe aprender, tiene un futuro más oscuro que Voldemort.

Por eso, gracias Potter.